Los pirineos aragoneses
Los míticos paisajes pirenaicos son sobrecogedores y espectaculares dejando la huella de su misterio a través de la historia. Sus valores naturales y humanos todavía conservan un fuerte carácter debido a años de aislamiento, lo abrupto de su geografía y las duras condiciones climatológicas.
La existencia de una espina dorsal montañosa que se extiende desde el mar Mediterráneo en el Cabo de Creus hasta el Océano Atlántico en Irún, arropando el valle del Ebro por el sur, era bien conocida por los antiguos geógrafos. El sistema Pirenaico es una barrera montañosa que separa dos mundos muy diferentes; en el norte una tierra de colinas y praderas con predominio de cultivos y bosques de hayas y robles; y en el sur una tierra árida, con fuerte carácter mediterráneo donde los cursos fluviales han horadado profundos valles de aguas esmeraldas. En los Pirineos españoles podemos distinguir cuatro unidades geográficas: los Pirineos axiales situados en el eje del sistema y formado principalmente por granitos, con el Aneto como máxima altura del conjunto con 3.404.- mts, entre numerosos picos que superan los 3000.- mts de altura. Las sierras interiores situadas más al sur y formadas principalmente de calizas con elevaciones importantes como el Monte Perdido con 3.335.- mts y paisajes tan sorprendentes y espectaculares como el Cañón de Añisclo. Entre los sistemas montañosos externos e internos del conjunto encontramos una depresión longitudinal intra-pirenaica formada por sedimentos poco compactados con la canal de Berdún como mejor ejemplo.
Finalmente en la parte más meridional encontramos las Sierras Exteriores formadas por calizas y conglomerados con una belleza sobrecogedora en San Juan de la Peña, Riglos y la más representativa de todas, La Sierra de Guara.En esta variada orografía encontramos diferentes hábitat bio climáticos con su flora y fauna asociada. Desde las altas cumbres hasta la línea arbolada encontramos prados alpinos con una rica y variada flora como la Edelweis, Saxigraga Púrpaura o el Rododendro y aves tan especializadas como el Gorrión Alpino o la Perdiz Nival. Desde los 2000 mts hasta, los 600 mts pinos negros y hayas componen un paisaje mas centro europeo con abundante flora sub-alpina y numerosas orquídeas, las rapaces aquí son abundantes y fáciles de observar con buenas poblaciones de águilas y el Quebrantahuesos como estrella mediática de la fauna alada. Las aves de bosque están bien representadas con especies tan vistosas como el Pito Negro o el Herrerillo Capuchino. Por debajo de los 500 mts con una fuerte influencia mediterránea la flora que predomina son las encinas y hierbas aromáticas como el romero que sirven de paisaje para un buen número aves como la Carraca, Abejaruco, diferentes collalbas y un buen número de currucas mediterráneas.
Hoy extensas zonas de estas montañas siguen despobladas con numerosos pueblos abandonados al inexorable paso del tiempo que cubiertos de maleza han sucumbido a la ruina, numerosos núcleos todavía subsisten con poco más que una docena de población envejecida. Las gentes que aún pueblan estas montañas son amigables y hospitalarias, resultado de una solidaridad necesaria para afrontar las duras condiciones de vida que afrontaron en el pasado. En esta parte de España el turismo ha sufrido una imparable evolución siendo, con la ganadería, una de las actividades económicas más relevantes.